16.10.08

Tierra trágame (y culturizame).


Hoy, en clase, he tenido uno de eso momentos de “tierra trágame”. Teníamos que leer un simple texto que hablaba de la democracia directa y de la democracia representativa y, sinceramente, pese a que me lo he leído dos veces, no lo he entendido bien del todo. Y claro, tras eso, teníamos que hablarlo en grupo y después exponerlo ante la clase. Pero claro, ¿cómo iba a hablar sobre algo que realmente no llego a entender en su totalidad? No quería hablar y hacer el payaso. Esta vez, no era por vergüenza, de verdad, era simplemente eso; que no podía hablar, porque no sabía qué decir.

Así que el debate en grupo se ha basado en evasivas, hasta que he reconocido que no me había enterado. Pero claro, el hombre que intentaba explicármelo hablaba tan enrevesado que me he quedado igual o peor. Qué triste. Así que nada, ha salido un chico a exponer lo de nuestro grupo, más perdido que un pueblerino en la capital.

A lo largo del debate ya me he ido centrando, pero ha sido cuando he tenido que expresarme, y me he visto incapaz de hacerlo, cuando me he dado cuenta del bajo nivel cultural en el que me encuentro. Y la pregunta es, ¿se puede vivir en una sociedad de la que realmente no sabes casi nada? Pues por lo visto, sí. Y no me ha gustado nada. Creo que hay demasiadas cosas que la gente debería conocer, por lo que debería preocuparse o al menos informarse y, sin embargo, como yo, no lo hace. Creemos que realmente no sirve de nada saber ciertas cosas, hasta que te hace falta saberlas, por cualquier motivo, y notas esa carencia.

Quizá he sido demasiado pasota hasta el momento, pero bueno, supongo que nunca es tarde para remediarlo, ¿no? Sólo se trata de pararse, y leer. Para saber dónde te mueves, qué pasa en el mundo en el que − por suerte o por desgracia −, vives. Para tener voz y voto y no ser una marioneta más. Como ya he dicho antes, detenerse y leer. Algo que sin duda, debería hacer más de uno y más de dos.

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